"Todo lo que somos es polvo en el viento". Kansas.

jueves, 2 de diciembre de 2010

"BELCHITE. AGOSTO, 1937."


"-Alguien grita: ¡al suelo! Las ametralladoras tabletean. Revientan los pechos. Miedo -. Belchite, símbolo de una guerra ¿civil? Recorro aquel lugar por primera vez, pero ya lo conozco: -6.000 muertos en un día-, me contó mi padre. Él tuvo suerte, una bala sólo se llevó la mitad de su espalda. -Te quema-, me dijo. El día es gris y cae una llovizna tonta. Nadie. Sólo dos iglesias tozudas. Skyline sangriento. Me voy. Me llevo algunas fotos y una palabra entre los dientes: asco. Escupo mi desprecio a los que nos arrastran a la guerra. Por los muertos. Por los que no nacieron."



sábado, 27 de noviembre de 2010

"EL ZAPATERO, LA CONCEJALA, EL CURA Y EL MÚSICO"

"Un nuevo concierto, un nuevo viaje/paisaje. El concierto es una conquista de almas, de corazones, de cerebros. Las armas son las semifusas, las corcheas (-los silencios...-). Ya atardecido, la concejala, para agasajarme y por cortesía, me muestra una bodega del S. XVI. Me dejo llevar y acierto: nada más cruzar me sobrecoge la belleza del templo, y me sumerjo en el alma infinita de esta cultura ungida de aceite y vino.




Ahora entiendo a los hombres y entiendo al vino. Hago las foto y salimos. Antes de llegar al auto, nos detenemos ante la zapatería de Cándido,- cuarenta años detenida en el tiempo -, su Singer para coser suelas y su brasero. Me dice que de joven le gustaba tocar el tambor y la batería, y me ofrece probar su vino antes del primer trasiego. Qué extraños y especiales pueden llegar a ser algunos días. ¿Acaso no se me había mostrado el águila en la presa?




Reparte tres vasos y yo bebo un vino que ya no es mosto y que aún no es vino. Lo paladeo, tiene el sabor de la verdad. Se detiene un coche en la calle, de él desciende un hombre joven pero encorvado. Un cura ciático aparece en escena. Se nos une. Brindamos. Siento cómo la calidez del vino, sin duda, es el abrazo de la amistad. Hablamos de vino y música -de Dios-. Los hombres simples son hermosos. Nos despedimos y subo al auto. Sé que en el concierto del día siguiente no habrá conquista, ni vencedores, ni vencidos. Sólo ofrenda, quizás renuncia, sin duda, oración."
(Fotos: Villarino de los Aires, Salamanca. Noviembre, 2010.)

jueves, 18 de noviembre de 2010

"HASTA CUÁNDO"



"¿Hasta cuándo tendremos que observar el vuelo de las águilas para orientarnos un poco?".

(Foto: Águila Real en la Presa de Almendra, Arribes del Duero. Salamanca. Noviembre, 2010).

"FRAGILIDAD"

"¡...y sobrevivió...!".

(Foto: Caracol sin casa a las puertas de un cine. Villarino de los Aires, Salamanca. Noviembre, 2010).

"PREGUNTA"

"Pregunta: ¿ Por qué la mirada de cualquier gato esconde más inteligencia y sensatez que la de 100.000 políticos juntos?".

(Foto: Gato común. Villarino de los Aires, Salamanca. Noviembre 2010).

jueves, 4 de noviembre de 2010

"UN VIAJE CUALQUIERA"

Salir a la hora programada en cualquiera de mis viajes ha sido siempre un empeño imposible. En este no ha sido diferente, pero además, estoy algo nervioso desde que pasé por el puente de Os Ancares y aquel camión se me ha echado encima (ha faltado muy poco para que me empujara al vacío...) En fin, aunque peligrosa, esta autopista que traspasa Galicia siempre me ha parecido fascinante, con sus brumas, sus cambios repentinos de tiempo, su salvaje y colorida vegetación, sus continuos toboganes y viaductos vertiginosos. Especialmente me cautivan sus seis túneles, con esas increíbles luces anaranjadas que impregnan el espacio de un tinte mágico, irreal y, a veces, también fantasmagórico. Ahora estoy en el tercero, el más largo de todos, con sus potentes ventiladores extractores y que, por cierto, se me está haciendo interminable, es más, ya debería haber salido de él. Es extraño, ahora que lo pienso, llevo transitándolo más de cinco minutos y es imposible a la velocidad que voy, ..., no sé, ya lo debería haber pasado... ¡Por fin! Allí veo la salida, pero..., esa luz es excepcionalmente potente, cegadora, no puede ser el sol... cada vez estoy más cerca y me ciega, he de reducir la velocidad, no puede ser..., no puede ser..., el camión... el camión...




(Fotos: Galicia, 02/11/10).

miércoles, 27 de octubre de 2010

"TERROR POSTMODERNO"

Ustedes dirán lo que quieran, pero uno nunca está preparado para perder lo que más ama.
A mí me faltó olfato, un presentimiento, la intuición.
Todo ha ocurrido como ocurren las peores desgracias: en un instante imprevisto y terrible, en una tarde aciaga de mayo.
Ya me lo decían: -"No te fíes..."
No voy a negar que al principio, muy al principio, fuera cauteloso, ya que siempre tuve un miedo atroz a relacionarme con los demás, y qué decir de ellas...¡Se suele perder tanto y ganar tan poco!
Sin embargo, en este caso, la compenetración fue tan colosal desde el comienzo, que al natural recelo inicial en mí, le siguió una profunda admiración y, más tarde, la adoración más absoluta.
Además, muy pronto noté los cambios positivos que esta relación operaba en mi vida. Así, por ejemplo, los más variados proyectos profesionales, antes dudosos, frustrados, o simplemente perdidos, culminaban ahora brillantes, audaces y exitosos. Incluso, mis relaciones sociales (yo, fatalmente destinado a la misantropía), mejoraron notablemente. Ella siempre estaba ahí, recordándome cada cumpleaños, cada cita, cada acontecimiento importante. Así que no es de extrañar que cada vez me apoyara más en ella y en sus fantásticas cualidades. En fin, que le confié todo.
Sin embargo, algunos me avisaban: -"No te fíes...", pero yo adivinaba tras sus palabras sólo una gigantesca y malsana envidia.
Hasta mi imagen cambió radicalmente. De estar desaliñado, despreocupado por mi aspecto, pasé a vestir a la moda, a conocer las últimas tendencias, a comprar y distinguir los perfumes de marca... Era indudable que el cambio no se refería sólo a algo estético: a través de ella se me abrió un mundo nuevo, nuevos conocimientos, nuevas inquietudes. Mi curiosidad e interés sobre un montón de materias se hicieron ahora insaciables. Y ella me ayudaba, me complacía siempre, dispuesta a resolver cualquier duda, a atender cualquier deseo. Sin embargo, una y otra vez esas voces insidiosas y rastreras me susurraban: -"No te fíes...".
Como he señalado, no es la intuición una de mis mejores cualidades, y fue por eso por lo que no presté atención a sus primeros errores. Somos todos tan complejos, tan humanos, tan difíciles de entender a veces. ¿Por qué ella iba a ser diferente?¿Es que no tenía derecho a equivocarse? Además, tampoco fueron tantos los errores, ni tan importantes. Le había confiado ya tantas cosas...
Y, así es, que hoy, a las 14:35 de este aciago día de mayo, un horrible ruido metálico ha paralizado mi corazón. Estaba en mi habitación, escribiendo unas notas, cuando del estudio, donde ella trabaja habitualmente, ha llegado un ruido extraño, un sonido sordo y rítmico (como la agonía de los pájaros), tan inusual y desconcertante que mi alma de cristal se ha empañado por momentos. Al entrar y verla parpadear sobre la mesa tan desacompasadamente, he llamado rápidamente a uno de esos servicios urgentes que anuncian en los periódicos, pero al fin, tras varias horas de vanos esfuerzos, todo ha sido inútil.
Desgraciadamente, hace un momento, me acaban de confirmar el más terrible de los presagios: Mi amada, mi querida y adorada computadora, ha muerto. Y yo, imbécil de mí, confiando ciegamente en ella, nunca hice una copia de seguridad. Y lo peor son esas voces chillonas, como de rata, que a carcajadas han empezado a atormentarme: -"No te fíes....".





(Cuento que dedico a mi Acer portátil, que me ha servido fielmente durante estos últimos 7 años y que murió el pasado lunes y al que quería más que a un perro. R.I.P. Foto 27-10-2010)

jueves, 16 de septiembre de 2010

jueves, 19 de agosto de 2010

"EN EL CAUCE NUEVO"


"Como todos los días, le despertó el frío intenso del amanecer. Y como todos los días, se dirigió a la parte de atrás del mercado a husmear y buscar algo de comida, aunque le extrañó no ver fisgoneando a los de la pandilla. Qué raro, pensó...¡qué raro! Entonces enfiló hacia la zona del cauce nuevo. Allí, de vez en cuando, se producían refriegas o pequeñas escaramuzas con otras pandillas, casi siempre nada serio; pero en aquel lugar tampoco encontró a nadie. Sin querer, recordó que la noche anterior la vieja del callejón que siempre les arrojaba piedras, sorpresivamente les tiró unos trozos de carne. Él los olió primero, como hacia siempre, y decidió no probar. Los demás, menos precavidos, directamente los devoraron.
Miró aquí y allá una vez más, y comenzó a vagar sin rumbo por el cauce nuevo, sospechando que quizás no volvería e ver nunca más ni a Rusty, ni a Ringo, ni a Tiger, ni a Lobo..."

(Foto:"En el cauce nuevo", realizada en Coro el 20/06/10 ).

viernes, 13 de agosto de 2010

"MIS NOCHES"



"Fue el efecto de la última absenta. Al salir a la calle, todo lo que recordaba, las aceras, los autos, las farolas, las ventanas, la gente...todo, todo había desaparecido. En su lugar, sólo una danza de locas luces pirueteando aquí y allá, en mi cabeza... "

(Foto en Venezuela, abril 10').

jueves, 12 de agosto de 2010

"SIMPLES GRANOS DE ARENA"

Cuando aquella violenta ráfaga de viento arrancó una nube de diminutos granos de arena, estos se alarmaron al comprobar que la ventolera había sido demasiado fuerte y que por primera vez, tras siglos de existencia, no volverían a caer junto a sus hermanos en los Médanos. – ¡Dios mío! -, gritaron, -¡nos separarán para siempre!-.
Durante algunos segundos sobrevolaron cujíes, calles adoquinadas, incluso una catedral, y algunos se volvieron negros y cayeron pesada y violentamente contra el asfalto. Sin embargo, otros granitos dichosos fueron a parar a un modesto bar, donde desde hacía muchísimos años, la amistad se servía con cerveza fría.
(Dedicado al bar "Garúa", de Coro).
(Ganador del 2º Premio Microcuentos-Coro, Diario "Nuevo Día". Coro, Venezuela).

viernes, 9 de abril de 2010

"DUST IN THE WIND"

Además de en cronopios y famas, os propongo que dividamos a los seres humanos en dos nuevos arquetipos: "los hechos de barro", muy apegados a la tierra, funcionales, consecuentes, útiles y sin los cuales el mundo no funcionaría correctamente... y aquellos otros, los afuncionales, inconsecuentes, -fluidos-, que vendrían a ser un tanto innecesarios y que serían aquellos a los que podríamos denominar, por su inconcrección: "polvo en el viento". Quizás yo pertenezca al segundo grupo, ¿será por eso, por ser polvo, que todo lo que hago se me escurre entre los dedos...?