"Le encantaba no tener memoria y despertarse todas las mañanas junto a la jirafa, el hipopótamo, Spiderman, Pluto, la estrella, el dinosaurio... Y, de repente, salir al parque y que les diera el sol y sentir cómo su piel se reblandecía. Y todos juntos, siempre juntos, pues él, no tenía memoria. Pero aquella mañana, desde que vio al niño pelirrojo y gordito lameteando compulsivamente aquel helado de tres sabores, supo que algo andaba mal. El crío lo miraba y lo señalaba con el dedo, tirando frenéticamente del pantalón de su padre. Inmediatamente lo sacaron del grupo y lo zarandearon de un lado a otro, lo arrastraron, lo golpearon contra un árbol...hasta que ocurrió. De repente, dejó de sentir que tiraban de él, se empezó a elevar y descubrió que, aunque sin memoria, por fin cumpliría su sueño: ¡correr, correr a toda velocidad una última carrera, libre, resplandeciente, cruzando el cielo azul, directo hacia el sol...-¡ADIÓS JIRAFA! ¡ADIÓS ESTRELLA! ¡ADIÓS...!-"
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(Foto: Palma de Mallorca, marzo de 2011)
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